Además de los ácaros, cuyos excrementos pueden producir reacciones alérgicas, las chinches suponen un gran problema en hoteles. Las chinches de las camas son ectoparásitos, es decir, organismos que se alimentan de forma parasitaria en la superficie de su huésped. Son seres nocturnos y durante el día se esconden en las ranuras de muebles, marcos de puertas y ventanas, colchones, enchufes, interruptores y molduras. Pueden detectar la temperatura corporal humana y el CO2 en el aire espirado para orientarse hasta una persona desde una distancia de 40 cm. Las chinches de las camas son insectos hematófagos: se alimentan de la sangre que extraen de los vasos sanguíneos bajo la piel. La picadura de una chinche también puede producir una reacción alérgica.
Las chinches de las camas viajan como polizones
Una plaga de chinches puede convertirse en un problema persistente en hoteles, hostales y apartamentos turísticos, pero también en residencias de estudiantes, hospitales, hogares de ancianos y jardines de infancia. Incluso en medios de transporte con gran fluctuación de pasajeros como trenes, aviones, coches cama, autobuses o cruceros se encuentran a menudo estos insectos. En alojamientos turísticos es inevitable un cierto riesgo de infestación con parásitos como las chinches de las camas. Los hoteles que alojan a muchos clientes internacionales deberían estar especialmente concienciados de este problema.
Con la ropa y el equipaje, los clientes pueden introducir de forma inadvertida estos parásitos en el alojamiento. Las chinches también pueden acceder a las instalaciones hoteleras a través del personal o de proveedores externos, como lavanderías. También representan un gran riesgo los objetos antiguos no limpios, como muebles y antigüedades. Las chinches pueden propagarse rápidamente dentro de un hotel. En su búsqueda de alimento atraviesan grietas en la pared y ranuras en las puertas, se desplazan por tubos y cables para alcanzar así todos los rincones de una instalación hotelera.
Una plaga de chinches ofrece una mala imagen de la higiene de un hotel
Para un cliente, el descubrimiento de chinches en un espacio tan privado como la habitación de un hotel o un colchón es percibido como una flagrante falta de higiene. Esto conlleva una pérdida de reputación, lo que en la hostelería puede manifestarse con una disminución de las reservas. La satisfacción de los clientes, que desean percibir su entorno como higiénico, es hoy en día más importante que nunca. Mientras que en el pasado un cliente expresaba su malestar dentro de su círculo de conocidos, hoy en día utiliza todo el alcance de las plataformas de valoración. La descripción de una infestación, posiblemente con una prueba fotográfica, puede ahuyentar a potenciales clientes. Por ello, si un cliente alerta acerca de una posible infestación de chinches de las camas, la reacción debe ser contundente: debe comunicarse al cliente que el incidente se toma en serio, que se combatirá la infestación de forma exhaustiva y que se procederá a modificar de la forma correspondiente la gestión del control de plagas.
Para que los clientes no lleguen a entrar en contacto con chinches de las camas u otros animalitos no deseados, el control de plagas debería realizarse de forma discreta. Por ello, el personal debería estar sensibilizado frente a señales de advertencia de una infestación. Las siguientes señales pueden indicar una infestación con chinches:
- Chinches muertas
- Pequeñas manchas, p. ej., en sábanas o colchones. Las manchas oscuras pueden ser rastros de excrementos, mientras que las manchas rojas son restos de sangre de una picadura.
- Cutículas de color claro y con forma de chinche (exuvias)
- Un olor dulzón, causado por las feromonas de alarma de las chinches
- Picaduras de chinche, que en la piel están agrupadas o forman una línea
Un personal alerta puede detectar a tiempo una infestación con chinches, lo que permite combatirlas de forma local y efectiva sin que el cliente se dé cuenta de ello.
La desinsectación por calor también combate los estados de desarrollo de las chinches
Por lo general, las chinches de las camas se combaten con piretroides. Sin embargo, su uso generalizado hace que las chinches sean cada vez más resistentes a estos venenos. Además, un tratamiento químico debe realizarse en varios ciclos para, además de los insectos adultos, eliminar también las pupas, las larvas y los huevos, y garantizar así una completa desinsectación de los colchones. Si la fumigación química se realiza una sola vez, es posible que los huevos depuestos en el colchón sobrevivan al tratamiento. Las chinches adultas mueren, pero por detrás viene una nueva generación. Además, si solo se realiza una fumigación local con un producto químico, los insectos simplemente se trasladan a otras áreas, lo que agrava el problema de forma dramática, ya que a partir de una infestación local se crea un problema en todo el edificio. La desinsectación química, por el contrario, permite un control de plagas sin productos químicos y que elimina los parásitos en todos sus estados de desarrollo. Una desinsectación de colchones mediante calor también elimina los huevos de las chinches: el cliente puede después dormir en un colchón completamente libre de parásitos.
Además, una desinsectación térmica de habitaciones de hoteles o albergues juveniles puede realizarse de forma puntual, es decir, de forma limitada en el espacio. Una desinsectación puede estar limitada a una habitación o a una planta completa, y no molesta ni a los clientes ni al resto de las actividades en el hotel.