En una desinsectación térmica correctamente realizada, las temperaturas nunca ascienden tanto como para afectar a la estructura del edificio o a objetos del equipamiento. A pesar de ello, es mejor retirar objetos delicados del espacio antes de la desinsectación por calor. Esto incluye, por ejemplo:
- Dispositivos eléctricos sensibles, como impresoras o equipos médicos
- Alimentos y medicamentos
- Productos cosméticos y de cera
- Botes de aerosol (p. ej. laca para el pelo o desodorantes) y recipientes que contengan ácido carbónico
- Extintores de incendios
- Pinturas, antigüedades, joyas, discos de música, CDs, etc.
- Plantas
- Instrumentos de música
- Diversas cargas de fuego, como papel
Los aparatos eléctricos que permanezcan en el espacio durante la desinsectación por calor deben desconectarse de la tensión eléctrica. En concreto deben desconectarse frigoríficos y congeladores, ya que de lo contrario el compresor de estos aparatos reacciona al incremento de la temperatura ambiente aumentado su propio rendimiento, lo que puede causarle daños. Los rociadores de incendios protegerse con cubiertas y los detectores de humo e incendios deben desactivarse. También debe retirarse el polvo antes de una desinsectación térmica. Además, en función del lugar de aplicación debe tenerse en cuanta que es posible que el aparato de desinsectación por calor requiera una certificación ATEX.
Preparación de posibles lugares de refugio antes de la desinsectación
Al principio de la desinsectación por calor, el aire caliente hace que se incremente la actividad de los insectos, los cuales se ponen en movimiento hacia la fuente de calor. En cuanto la temperatura del aire supera el rango de bienestar de los insectos, estos huyen hacia zonas más frías. Por este motivo, antes de la desinsectación deben taparse con cinta adhesiva todas las posibles zonas de huida, como aberturas en paredes, tubos vacíos o conductos de cables, o bien esparcir allí tierra de diatomeas, la cual deseca los insectos. Los marcos de puertas sirven de orificio de escape hacia el exterior, por lo que también deben taparse con cinta adhesiva.
La desinsectación térmica requiere temperaturas no superiores a 60 °C, lo que no produce daños en los edificios, las máquinas o el equipamiento. Para no dañar la estructura de los edificios, el horno de desinsectación por calor debe calentarse lentamente y, después de finalizado el proceso, enfriarse también lentamente. La diferencia de temperatura no debería ser mayor que 6 °C por hora para que no se produzcan daños por tensiones en la estructura del edificio. Los termostatos garantizan que la temperatura se mantenga constante entre 50 y 60 °C, de manera que se elimine la plaga sin causar daños térmicos en bienes materiales.
Para que todos los insectos estén expuestos al calor, la temperatura debe mantenerse como mínimo durante una hora incluso en los lugares más recónditos del espacio. Mediante sensores de temperatura en aquellos puntos con un comportamiento térmico más desfavorable, es posible registrar y documentar valores de temperatura para garantizar una desinsectación completa del espacio. Con el tiempo, el calor penetra en todos los materiales, lo que permite eliminar las poblaciones de la plaga incluso en lugares de difícil acceso. Aquellas zonas en las que la distribución natural del aire no llega pueden tratarse por separado.
Desinsectación flexible y que ahorra energía gracias a hornos eficientes
La duración de una desinsectación térmica depende del inmueble que se desea desinsectar y de la intensidad de la plaga. Una habitación de hotel, por ejemplo, puede desinsectarse térmicamente en unas 48 horas. En función de la superficie y de las propiedades de aislamiento térmico del material de construcción, deben utilizarse varios hornos de desinsectación por calor. Los aparatos modulares de desinsectación por calor ofrecen a sus operadores la ventaja de que se montan y desmontan rápidamente y de que pueden adaptarse de forma flexible a las características constructivas.
Por cada metro cúbico de espacio se requieren entre 2 y 4 kWh de corriente para la desinsectación. En qué medida es posible realizar una desinsectación por calor de forma energéticamente eficiente es algo que depende de las características del espacio, por ejemplo el peso del hormigón que debe calentarse, el aislamiento térmico y la pérdida de calor. Además, la distribución del aire caliente en el espacio influye significativamente en el consumo de corriente. Un calentamiento con el método de circulación de aire solo calienta el aire del espacio, lo que ahorra energía. Además, con ventiladores especiales es posible devolver a la altura del suelo el aire caliente que ha ascendido. Esto permite utilizar menos hornos desinsectación por calor, lo que reduce los costes.